Hacer las paces con el tiempo: una reflexión cultural
Por Sheila Burgos
El tiempo. Se nos escapa de las manos, corre contra nuestros calendarios y, a menudo, parece algo que perseguimos constantemente. En nuestro mundo moderno, el tiempo se ha convertido en sinónimo de productividad:cuánto podemos hacer, con qué rapidez y eficacia.
Pero, ¿y si nos preguntáramos de quién es el tiempo?
Relojes culturales: Más que horas y minutos
No todas las culturas ven el tiempo de la misma manera. En Estados Unidos, predomina el énfasis en la "hora del reloj": horarios rígidos, plazos, multitarea y la creencia subyacente de que el tiempo es dinero. Sin embargo, en muchas culturas latinoamericanas se valora más la conexión que el control, la presencia que la productividad.
En español solemos decir "no te apures " o "a su tiempo ". Estas frases son algo más que un consuelo: reflejan una visión del mundo en la que la vida se desarrolla a ritmos, no a carreras.
Sin embargo, muchos de nosotros -especialmente los inmigrantes o las familias de primera generación- crecemos haciendo malabarismos con ambos relojes: el reloj cultural, que da prioridad a la comunidad, y el reloj social, que exige un rendimiento constante.
Esta tensión puede ser agotadora, y más cuando interiorizamos la idea de que el descanso hay que ganárselo o de que bajar el ritmo es pereza.
La trampa de la cultura de la prisa
La cultura del ajetreo glorifica el exceso de trabajo. Nos dice que nuestro valor se define por lo mucho que logramos, y que el descanso sólo es aceptable después del agotamiento total. Esta mentalidad puede ser especialmente perjudicial en las comunidades latinas, donde varias generaciones han trabajado duro para "demostrar" su valor y garantizar la estabilidad de sus familias.
Aunque el trabajo duro está profundamente arraigado en nuestros valores -y es legítimamente honrado- también hay sabiduría en aprender cuándo hacer una pausa, reajustar y escuchar a nuestros cuerpos y corazones.
El descanso no es sólo recuperación física. Es regulación emocional. Es preservación cultural. Es resistencia contra la idea de que siempre debemos estar haciendo para merecer.
Recuperar el tiempo con intención
Hacer las paces con el tiempo significa permitirnos ir más despacio, no por fracaso, sino por amor. Significa reconocer que la curación lleva su tiempo, que el crecimiento lleva su tiempo y que la alegría no es una distracción de nuestros objetivos, sino parte del camino.
Mientras reflexionamos sobre este mes de julio, pensemos en lo siguiente:
¿Cuáles son los mensajes culturales de tu familia sobre el tiempo?
¿Mides tu valía por tu ajetreo?
¿Puede permitirse abrazar el descanso como forma de curación?
Invitar a una nueva conversación
En Hispanic Family Counseling, honramos las diversas historias, ritmos y valores que dan forma a nuestra comunidad. Creemos en un modelo de bienestar que incluye reducir la velocidad, estar presente y redefinir lo que significa el éxito, nosólo para las personas, sino para las familias y culturas enteras.
Hagamos las paces con el tiempo. Hagamos sitio para el equilibrio. Y recordemos: nuestros antepasados no sólo sobrevivieron moviéndose deprisa. Sobrevivieron moviéndose juntos, con sabiduría, comunidad y cuidado.
Te mereces tu tiempo.
Te mereces vivir a tu ritmo.
Si este mensaje resuena contigo o con algún ser querido, te invitamos a ponerte en contacto con nuestros asesores. No tienes por qué recorrer este camino solo.
📧 info@hispafam.com
📍Hispanic Family Counseling, Inc.
Referencias:
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Levine, R. (1997). Una geografía del tiempo.
Maslach, C. y Leiter, M.P. (2016). Entendiendo la experiencia del burnout. Psiquiatría Mundial, 15(2), 103-111.
Villatoro, A.P., Morales, E.S., & Mays, V.M. (2014). Cultura familiar y búsqueda de ayuda en salud mental. Am. J. of Orthopsychiatry, 84(4), 353-363.
Cadenas, G.A. et al. (2020). Valores culturales y bienestar entre estudiantes Latinx. J. of Latina/o Psychology, 8(3), 184-198.
El Ministerio de la Siesta. (s.f.). El descanso como resistencia. thenapministry.com